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¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA VACUNACIÓN CONTRA EL COVID 19 EN LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS?

Fuente: France 24


La pandemia del COVID-19 ha servido para confirmar una vez más que el mundo actual está gobernado por desigualdades. Desigualdades que son estructurales no solo en un nivel macro -es decir, desigualdades entre regiones y naciones- sino también en un nivel micro -dentro de las mismas sociedades de un país en particular-. Siempre habrá un ganador y un perdedor. Mejor dicho, cientos de perdedores ya que generalmente son mayoría. El hecho de que los países del Norte global sean quienes desarrollan, producen y eligen a qué país venderle sus vacunas refleja una relación de desigualdad y de poder por sobre aquellos que dependen de ellos. Mientras en la región africana los muertos son cada vez más -y no solo por COVID-19 sino por numerosas enfermedades- en la región europea, la principal preocupación es quién gana mayor dinero por las vacunas vendidas. Por lo tanto, la producción y adquisición de vacunas pasó a ser un privilegio para quienes tienen el dinero suficiente y un gran deseo para aquellos que no. Ya no importa cuántas muertes una vacuna puede evitar, sino cuánto dinero cada vacuna traerá al país productor.

Así como el manejo de la pandemia no ha sido ética ni moralmente correcto, las campañas de vacunación dentro de los países compradores tampoco. A raíz de los programas de vacunación nacionales, se han reflejado las dos caras de una misma moneda, en tanto están los trabajadores esenciales que todavía no han sido citados para ser vacunados y quienes, por el contrario sí, debido a su estatus social o mismo por su relación personal con ciertas figuras políticas. En el último mes, países tales como Argentina, Perú y Ecuador han sido escenario de tales escándalos, lo cual nos ha dado lugar a pensar: será que la pandemia llegó no solo para sacar a la luz las enormes desigualdades existentes sino que hasta incluso vino a profundizarlas? 

A continuación, haremos un breve resumen de los hechos sucedidos en Argentina, Perú y Ecuador, conocidos como “la vacunación V.I.P”. 


Perú

Estando entre los países con más casos positivos a nivel mundial, tercero a nivel sudamérica, el Perú no resultaba ser un panorama propicio para espacios de favoritismo, no obstante, el miercoles diez de febrero del presente año salió a la luz el hoy conocido “Vacunagate”, un escándalo que involucra a altos mandos del Poder Ejecutivo partiendo todo del mismo ex-presidente de la Nación Martín Vizcarra, quien además se encuentra en la lista de vacunados acompañado por parientes cercanos.

El inicio de este escándalo se dio a partir de un reportaje en el cual se exponían sospechas sobre una inoculación clandestina por parte del exmandatario mientras aún estaba en el cargo en el mes de septiembre del año pasado dentro del contexto de los ensayos clínicos de la vacuna elaborada por el laboratorio chino Sinopharm. Fue ante las graves sospechas que se habían gestado debido a una investigación por parte del periodista Carlos Paredes que un día después el ex-presidente confirmó su vacunación, dando inicio a lo que no solo le costaría su reputación, sino también el cargo a distintos funcionarios.

Ante tal situación y el esfuerzo que venía realizando el gobierno transitorio del presidente Francisco Sagasti ninguna persona que hubiera sido parte de tales hechos podría mantenerse en el cargo, de esta forma Pilar Mazzetti y Elizabeth Astete dimitieron de los Ministerios de Salud y Relaciones Exteriores respectivamente, así como muchos otros funcionarios que se encontraban consignados en una lista que había remitido la Universidad Privada Cayetano Heredia, quien era una de las instituciones a cargo de los ensayos clínicos de la vacuna.

Precisamente ante estos hechos, la casa de estudios no tardó mucho en dar a conocer que el laboratorio Sinopharm había enviado un 3,200 vacunas adicionales, de las cuales 2,000 efectivamente llegaron para los ensayos en tal universidad. El jefe de los ensayos clínicos en Perú, el doctor Germán Málaga, indicó cuando fue citado al Congreso de la República que fue el mismo Expresidente el que había solicitado inocularse con la vacuna candidata, es decir, aquella que el Estado adquiriría en el gobierno siguiente. La lista contiene 487 nombres, figurando en ella la esposa y hermano del expresidente Martín Vizcarra, las exministras Pilar Mazzetti y Elizabeth Astete, diferentes viceministros, el decano de la Universidad Privada Cayetano Heredia, y el nuncio apostolico Nicola Girasoli, entre otras personalidades allegadas a la ex cabeza del Poder Ejecutivo.


Argentina

A diferencia de Perú, el escándalo en Argentina se dio a conocer a partir de los dichos de un reconocido periodista argentino llamado Horacio Verbitsky. "Llamé a mi viejo amigo Ginés González García (quien en ese momento era el ministro de Salud), a quien conozco desde mucho antes de que fuera ministro, y me dijo que tenía que ir al Hospital Posadas (...) cuando estaba por ir, recibí un mensaje de su secretario, que me dijo que iba a venir un equipo de vacunadores del Posadas al Ministerio, y que fuera ahí para ponerme la vacuna" expresaba el periodista sin ningún tipo de problema más allá de estar al aire en su programa de radio. Este hecho fue lo que terminó de indignar a todos los argentinos. No es justo que los médicos -quienes están en constante riesgo de contagio y quienes dan la vida por su profesión- no hayan sido vacunados aún y que por el contrario, personajes allegados a figuras políticas no hayan tenido ni que sacar turno para que se los vacune. Al final del día, ¿a quién cuida el Estado? ¿Acaso una democracia no propone que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos más allá de su estatus político y social? Por lo visto, no nos hemos enterado. 

Las críticas no tardaron en llegar. Horario Verbitsky fue suspendido de su actividad en la radio en la que trabajaba y el presidente de la Nación, Alberto Fernandez, le pidió la renuncia a Ginés Gonzalez García. Trasladando la culpabilidad a su secretaría general, el ex ministro de Salud anunció su renuncia a través de sus redes sociales. Si bien asumió que hubo una equivocación, también aseguró que la culpa no había sido de él sino de su equipo de trabajo. 


Ecuador

Ecuador ha vivido escándalo tras escándalo durante el pleno auge de la pandemia, desde el elevado flujo de desinformación hasta el proletariado contagio. Como consecuencia, ha sido noticia  en todos los medios de comunicación del mundo. 

Haciendo una lectura de la realidad que vive el país y de la  incertidumbre causada a la ciudadanía, creemos que las medidas que se han tomado no han sido lo suficientemente buenas para equiparar lo que sucede.  A partir de ellas, se ha logrado reflejar la pésima postura que se adquirió al pasarse por encima de la constitución.

Lo económico se ha visto por encima del capital humano que trajo como consecuencia muchas personas fallecidas así como también una corrupción al por mayor. Es a partir de este escenario y desde una perspectiva estructural que podemos presentar tres lecturas como resultado. En primer lugar, las tres están basadas en al accionar donde la corrupción, la mala administración y el pésimo compromiso adquirido deja en zozobra las responsabilidades y los valores. Nos encontramos en un escenario donde los funcionarios públicos juegan con la salud de la ciudadanía ecuatoriana. Por ejemplo, a partir de la sanción de la Ley de Ayuda Humanitaria se pudo observar cómo se abusa de los trabajadores ecuatorianos y cómo sus derechos estaban siendo vulnerados.

El mal uso de las vacunas por parte de las autoridades trajo como consecuencia fuertes críticas hacia el plan de vacunación del ahora exministro de salud, Juan Carlos Zevallos. Al igual que en Argentina y Perú, al recibir las vacunas de la farmacéutica Pfizer/Biotech, se planteó que el acceso sería principalmente para grupos de primera línea, tales como adultos mayores de centros geriátricos y sus cuidadores. Sin embargo, todo se tornó difuso cuando por medios oficiales se evidenció que Zeballos le había otorgado una gran cantidad de vacunas al geriátrico privado donde su progenitora reside, así como también a otras autoridades de su entorno político y social. 



Como conclusión, creemos que los tres casos son similares entre sí. En ellos, se le ha dado prioridad a aquellos ciudadanos que tienen algún tipo de relación con figuras cercanas a los gobiernos, mientras que quienes más necesitan la vacuna se encuentran desamparados. Si bien la respuesta a estos hechos ha venido acompañada de grandes sanciones administrativas como también políticas, los Estados latinoamericanos no han podido revertir por completo estas situaciones, pues la falta vacunación o la ineficiencia de los proceso aún se mantienen, siendo estos mismos lo que permitieron en primer lugar la posibilidad de que ciertos sectores se vacunen al margen de la ley. Así mismo cabe también precisar que es bien sabido que la capacidad de reacción de los países en este eje del planeta es muy corta, mientras atienden una cuestión seguramente se termina descuidando otra, es así que el afrontar crisis político-sanitario como las vacunaciones VIP mueven el centro de atención de los Estados de la verdadera prioridad, el seguir con los proceso de inmunización. ¿Podemos confiar en que no sucederá más esto con respecto a la pandemia? No lo sabemos, es por eso que creemos que es fundamental una mayor transparencia y regulación de los Estados en estos asuntos estrictamente urgentes.  Además, los gobiernos no solo han sufrido renuncias de funcionarios, sino que también una pérdida de confianza de su pueblo, lo que es aún peor. Teniendo en cuenta que hay una pandemia de por medio y lo que más se necesita es la unión entre todos para combatirla, de ahora en más, los gobiernos tendrán que hacer un gran esfuerzo para mejorar su imagen y no perder influencia. 


Así como el manejo de la pandemia no ha sido ética ni moralmente correcto, las campañas de vacunación dentro de los países compradores tampoco. A raíz de los programas de vacunación nacionales, se han reflejado las dos caras de una misma moneda, en tanto están los trabajadores esenciales que todavía no han sido citados para ser vacunados y quienes, por el contrario sí, debido a su estatus social o mismo por su relación personal con ciertas figuras políticas. En el último mes, países tales como Argentina, Perú y Ecuador han sido escenario de tales escándalos, lo cual nos ha dado lugar a pensar: será que la pandemia llegó no solo para sacar a la luz las enormes desigualdades existentes sino que hasta incluso vino a profundizarlas? 

A continuación, haremos un breve resumen de los hechos sucedidos en Argentina, Perú y Ecuador, conocidos como “la vacunación V.I.P”. 


Perú

Estando entre los países con más casos positivos a nivel mundial, tercero a nivel sudamérica, el Perú no resultaba ser un panorama propicio para espacios de favoritismo, no obstante, el miercoles diez de febrero del presente año salió a la luz el hoy conocido “Vacunagate”, un escándalo que involucra a altos mandos del Poder Ejecutivo partiendo todo del mismo ex-presidente de la Nación Martín Vizcarra, quien además se encuentra en la lista de vacunados acompañado por parientes cercanos.

El inicio de este escándalo se dio a partir de un reportaje en el cual se exponían sospechas sobre una inoculación clandestina por parte del exmandatario mientras aún estaba en el cargo en el mes de septiembre del año pasado dentro del contexto de los ensayos clínicos de la vacuna elaborada por el laboratorio chino Sinopharm. Fue ante las graves sospechas que se habían gestado debido a una investigación por parte del periodista Carlos Paredes que un día después el ex-presidente confirmó su vacunación, dando inicio a lo que no solo le costaría su reputación, sino también el cargo a distintos funcionarios.

Ante tal situación y el esfuerzo que venía realizando el gobierno transitorio del presidente Francisco Sagasti ninguna persona que hubiera sido parte de tales hechos podría mantenerse en el cargo, de esta forma Pilar Mazzetti y Elizabeth Astete dimitieron de los Ministerios de Salud y Relaciones Exteriores respectivamente, así como muchos otros funcionarios que se encontraban consignados en una lista que había remitido la Universidad Privada Cayetano Heredia, quien era una de las instituciones a cargo de los ensayos clínicos de la vacuna.

Precisamente ante estos hechos, la casa de estudios no tardó mucho en dar a conocer que el laboratorio Sinopharm había enviado un 3,200 vacunas adicionales, de las cuales 2,000 efectivamente llegaron para los ensayos en tal universidad. El jefe de los ensayos clínicos en Perú, el doctor Germán Málaga, indicó cuando fue citado al Congreso de la República que fue el mismo Expresidente el que había solicitado inocularse con la vacuna candidata, es decir, aquella que el Estado adquiriría en el gobierno siguiente. La lista contiene 487 nombres, figurando en ella la esposa y hermano del expresidente Martín Vizcarra, las exministras Pilar Mazzetti y Elizabeth Astete, diferentes viceministros, el decano de la Universidad Privada Cayetano Heredia, y el nuncio apostolico Nicola Girasoli, entre otras personalidades allegadas a la ex cabeza del Poder Ejecutivo.


Argentina

A diferencia de Perú, el escándalo en Argentina se dio a conocer a partir de los dichos de un reconocido periodista argentino llamado Horacio Verbitsky. "Llamé a mi viejo amigo Ginés González García (quien en ese momento era el ministro de Salud), a quien conozco desde mucho antes de que fuera ministro, y me dijo que tenía que ir al Hospital Posadas (...) cuando estaba por ir, recibí un mensaje de su secretario, que me dijo que iba a venir un equipo de vacunadores del Posadas al Ministerio, y que fuera ahí para ponerme la vacuna" expresaba el periodista sin ningún tipo de problema más allá de estar al aire en su programa de radio. Este hecho fue lo que terminó de indignar a todos los argentinos. No es justo que los médicos -quienes están en constante riesgo de contagio y quienes dan la vida por su profesión- no hayan sido vacunados aún y que por el contrario, personajes allegados a figuras políticas no hayan tenido ni que sacar turno para que se los vacune. Al final del día, ¿a quién cuida el Estado? ¿Acaso una democracia no propone que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos más allá de su estatus político y social? Por lo visto, no nos hemos enterado. 

Las críticas no tardaron en llegar. Horario Verbitsky fue suspendido de su actividad en la radio en la que trabajaba y el presidente de la Nación, Alberto Fernandez, le pidió la renuncia a Ginés Gonzalez García. Trasladando la culpabilidad a su secretaría general, el ex ministro de Salud anunció su renuncia a través de sus redes sociales. Si bien asumió que hubo una equivocación, también aseguró que la culpa no había sido de él sino de su equipo de trabajo. 


Ecuador

Ecuador ha vivido escándalo tras escándalo durante el pleno auge de la pandemia, desde el elevado flujo de desinformación hasta el proletariado contagio. Como consecuencia, ha sido noticia  en todos los medios de comunicación del mundo. 

Haciendo una lectura de la realidad que vive el país y de la  incertidumbre causada a la ciudadanía, creemos que las medidas que se han tomado no han sido lo suficientemente buenas para equiparar lo que sucede.  A partir de ellas, se ha logrado reflejar la pésima postura que se adquirió al pasarse por encima de la constitución.

Lo económico se ha visto por encima del capital humano que trajo como consecuencia muchas personas fallecidas así como también una corrupción al por mayor. Es a partir de este escenario y desde una perspectiva estructural que podemos presentar tres lecturas como resultado. En primer lugar, las tres están basadas en al accionar donde la corrupción, la mala administración y el pésimo compromiso adquirido deja en zozobra las responsabilidades y los valores. Nos encontramos en un escenario donde los funcionarios públicos juegan con la salud de la ciudadanía ecuatoriana. Por ejemplo, a partir de la sanción de la Ley de Ayuda Humanitaria se pudo observar cómo se abusa de los trabajadores ecuatorianos y cómo sus derechos estaban siendo vulnerados.

El mal uso de las vacunas por parte de las autoridades trajo como consecuencia fuertes críticas hacia el plan de vacunación del ahora exministro de salud, Juan Carlos Zevallos. Al igual que en Argentina y Perú, al recibir las vacunas de la farmacéutica Pfizer/Biotech, se planteó que el acceso sería principalmente para grupos de primera línea, tales como adultos mayores de centros geriátricos y sus cuidadores. Sin embargo, todo se tornó difuso cuando por medios oficiales se evidenció que Zeballos le había otorgado una gran cantidad de vacunas al geriátrico privado donde su progenitora reside, así como también a otras autoridades de su entorno político y social. 



Como conclusión, creemos que los tres casos son similares entre sí. En ellos, se le ha dado prioridad a aquellos ciudadanos que tienen algún tipo de relación con figuras cercanas a los gobiernos, mientras que quienes más necesitan la vacuna se encuentran desamparados. Si bien la respuesta a estos hechos ha venido acompañada de grandes sanciones administrativas como también políticas, los Estados latinoamericanos no han podido revertir por completo estas situaciones, pues la falta vacunación o la ineficiencia de los proceso aún se mantienen, siendo estos mismos lo que permitieron en primer lugar la posibilidad de que ciertos sectores se vacunen al margen de la ley. Así mismo cabe también precisar que es bien sabido que la capacidad de reacción de los países en este eje del planeta es muy corta, mientras atienden una cuestión seguramente se termina descuidando otra, es así que el afrontar crisis político-sanitario como las vacunaciones VIP mueven el centro de atención de los Estados de la verdadera prioridad, el seguir con los proceso de inmunización. ¿Podemos confiar en que no sucederá más esto con respecto a la pandemia? No lo sabemos, es por eso que creemos que es fundamental una mayor transparencia y regulación de los Estados en estos asuntos estrictamente urgentes.  Además, los gobiernos no solo han sufrido renuncias de funcionarios, sino que también una pérdida de confianza de su pueblo, lo que es aún peor. Teniendo en cuenta que hay una pandemia de por medio y lo que más se necesita es la unión entre todos para combatirla, de ahora en más, los gobiernos tendrán que hacer un gran esfuerzo para mejorar su imagen y no perder influencia. 



AUTORES: Choez Villa, Jacqueline Rubí (UPSE-ECU); Delgado Lazo, Samir Rodolfo (UCSM-PERÚ) ; Farfán, Florencia (UNSAM-ARG); Luque Alcivar, Yandry Rafael (UNIANDES); Seeliger Pereyra, María Florencia (UNSAM- ARG)

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