Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo: arquitectura incipiente de un orden regional en Medio Oriente
Reunión de los principales líderes del Consejo
Medio Oriente ha sido una región caracterizada por una incipiente inestabilidad, terrorismo y vacío de poder nacional y regional, que, pese a lo percibido desde la óptica occidental, posee también un gran organismo internacional de cooperación regional. El Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo es la organización de carácter regional más importante del mundo árabe. Ésta, creada a inicios de la pasada década del 80, busca impulsar la integración económica y política de los seis Estados que la conforman: los Reinos de Arabia Saudita y Bahréin, Kuwait, el Sultanato de Omán, Emiratos Árabes Unidos y Qatar.
Si bien los objetivos de dicho consejo parecen claros, estos quedan en segundo plano pues la creencia popular gira en torno a su supuesto verdadero propósito: generar la mejora sustancial en materia social, política y económica de la región en una atípica comparación con sus pares alrededor del mundo. Ello -aunque extraño- suena a un ánimo de mejora internacional entre sus distintos miembros que no parece venir concretándose de la manera deseada, ya que los mismos han comenzado a ponderar sus intereses por encima de los planteados por el consejo.
En palabras de Kissinger, Arabia Saudí tiene presente la importancia de las relaciones constructivas en Medio Oriente mediante su participación en la economía global que responda a su propia seguridad e intereses, y esto se ve reflejado en su actuar dentro del organismo regional. Asimismo, el poseer dentro de sus territorios a La Meca y Medina, le da un grado de legitimidad religiosa para ser considerado el líder dentro de la región (Gonzáles & Hernández, 2021). Es así que Arabia Saudí encuentra justificación en que el GCC sea un espacio o incluso una herramienta de su actuar en el escenario internacional. Un ejemplo de esto se dio Brahréin por revueltas internas 2011 que ponían en peligro la caída del rey (El país, 2011), y la necesidad de garantizar el poder sunita en el país que llevaron a tropas la Fuerza del Escudo de la Península a intervenir en un conflicto interno.
Tales acciones parecen haber despertado la desconfianza de sus homólogos, los cuales han comenzado a accionar en contra del papel preponderante tomado por el Estado saudí, de forma impositiva y se encuentran en un dilema de expresar su rechazo a acciones del líder regional económico y religioso, pero mantenerse cerca para no perder los beneficios propios de la cooperación con este último.
No obstante, y pese su inusual relevancia, siendo este el líder económico y religioso regional por naturaleza, parece favorecerles mucho más a sus pares que el inminente crecimiento geopolítico iraní. La crisis de Qatar le costó a Arabia Saudí más de lo que había proyectado debido al acercamiento de Irán. Esto mostró al estado saudí que si deja espacios y vacíos de poder en el bloque que creía consolidado de su influencia, Irán puede ingresar con facilidad y afianzar lazos con países sunitas e incluso buscar un reestablecer las relaciones diplomáticas (Atalayar, 2021).
La dinámica que está predominando actualmente en Medio Oriente responde a la del realismo, donde vemos que ,si bien existieron enfrentamientos con Irán y países del GCC, la relevancia económica que ha alcanzado el régimen iraní lo hace atractivo por encima de disputas políticas y religiosas. Asimismo, el acuerdo de paz entre Emiratos Árabes Unidos e Israel en 2020, poniendo en segundo plano el conflicto árabe-israelí y la causa palestina, genera una aproximación entre estados árabes sunitas cuyo interés de contener a Irán los hace tener aliados en base a poder militar por encima de conflictos históricos. Finalmente, Arabia Saudí ha mantenido un perfil bajo en contra de intereses de Estados Unidos como el petróleo e Israel dado que la amenaza de representa Irán es un punto de encuentro en la política exterior de ambos países de Oriente Próximo (Kinnimont, 2016)
Estas tribulaciones conducen a pensar que el Consejo viene atravesando, como ya se ha vuelto costumbre en la región, un proceso de crisis que deslegitima y paraliza su actuar. Esta puede resumirse a través de dos premisas importantes: algunos miembros están abandonando su tradicional papel secundario y han favorecido una política exterior más robusta y proactiva; y, tal organización hasta el momento no ha consolidado un marco operativo adecuado para desempeñarse como un cónclave institucionalizado en política y economía.
Solo el tiempo - dueño de todo destino- decidirá sobre el papel de este consejo y su trascendencia en materia geopolítica en la ya perturbada zona de Oriente Medio.
El País (2011) Las autoridades de Bahréin reciben ayuda militar del Consejo de Cooperación del Golfo. Recuperado de https://elpais.com/internacional/2011/03/14/actualidad/1300057209_850215.html
Gonzáles P., Hernández D. (2020) La estrategia de Arabia Saudí en el Consejo de Cooperación del Golfo: Espacios de cooperación y conflicto. Recuperado de https://estudiosdeasiayafrica.colmex.mx/index.php/eaa/article/view/2543/2600
Kinninmont J. (2016) La política exterior saudí. Obtenido de https://www.cidob.org/es/publicaciones/serie_de_publicacion/anuario_internacional_cidob/anuario_internacional_cidob_2016_17_nueva_epoca_perfil_del_pais_colombia
Kissinger H. (2016) Orden Mundial. Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.
Urteaga D. (2021) Qatar quiere restablecerla relación entre los países del Golfo e Irán. Recuperado de https://atalayar.com/content/qatar-quiere-restablecer-la-relaci%C3%B3n-entre-los-pa%C3%ADses-del-golfo-e-ir%C3%A1n
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